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¿Por qué abandono mis proyectos y nunca termino lo que empiezo?

  • ¿Nunca terminas lo que empiezas?
  • ¿Cuántas veces has abandonado un proyecto (incluso antes de empezarlo)?
  • ¿Cuántos tienes a mitad ahora mismo?
  • ¿Llevas trabajando un tiempo en algo pero sientes que no termina de llenarte?

Si hay un tema en particular que sufrimos las personas MultiApasionadas de manera periódica, es el hecho de comenzar proyectos y no terminarlos nunca.

¡Qué levante la mano a quién le haya pasado alguna vez!

Si te pasa como a mí, seguro que lo has sufrido miles de veces. Es algo que puede atormentarte durante años hasta que aceptas que está en nuestra naturaleza. A mí era algo que me hacía sufrir (y mucho) hasta que descubrí que era MultiApasionada, ví que había mucha más gente como yo y que a todas nos pasaba lo mismo.

Descubrir este hecho me hizo, no sólo aceptarlo y darme cuenta que no es algo que pueda cambiar (está en mi forma de ser y sentir la vida), si no también aprender a disfrutarlo y buscarle el lado positivo. Si te estás preguntando: “¿Lo hay?”. Pues sí y te lo voy a contar a lo largo del post.

Sin embargo, creo que hay que distinguir entre varios tipos de abandonos para saber exactamente cómo afrontarlos y ver si realmente es algo a lo que se debe poner solución o no.

¿POR QUÉ ABANDONO TODO LO QUE EMPIEZO?

  1. Te apasionas por algo y de pronto, esa ilusión ha desaparecido.
  2. Estás inmersa en tu proyecto/sueño pero aparecen sin parar cosas nuevas que te hacen más ilusión.
  3. Llega un momento en que sientes que no estás yendo por el camino correcto.
  4. No haces más que tropezarte una y otra vez. Al final te cansas y prefieres hacer algo más sencillo.
  5. No encuentras tiempo para llevarlo a cabo o no sabes por dónde empezar. El tiempo pasa y terminas por abandonarlo casi justo antes de empezar.
1. LA ILUSIÓN DESAPARECE

Éste es uno de los casos más típicos y está en nuestra naturaleza MultiApasionada (puedes descubrir cómo funciona el Ciclo de las Pasiones aquí si no lo has leído antes).

Comienzas una nueva pasión, quieres aprenderlo todo de ella y a veces, incluso te decides a comenzar algún proyecto relacionado con esa pasión. Pero, llegado ese momento en el que algo te dice por dentro: “Ya has aprendido todo lo que necesitabas saber”, tu mente te pide centrarte en algo nuevo y la ilusión con la que ese proyecto nació, se esfuma casi de la noche a la mañana.

¿Puedes hacer algo?

Pues tengo mis dudas. Creo que tenemos una forma de ser que nos hace necesitar de ese flujo continuo de aprendizaje para no sentirnos muertas. Realmente, todos estos procesos de apasionarte por algo, aprender y volver a empezar es el combustible que te mantiene viva y feliz.

Sí, ya sé que es un coñazo tener que estar saltando de un proyecto a otro cada cierto tiempo y que los demás nos miran como diciendo: “A ver con qué me viene ésta ahora…”. Pero, párate a pensar por un momento: ¿Preferirías ser como esas personas que se conforman con cualquier cosa y que no tienen ningún tipo de aliciente en sus vidas?

Por muy mal que nos podamos sentir por toda esta vorágine de sentimientos, creo que por esos momentos de pasión y felicidad ya todo vale la pena.

Y volviendo a la pregunta: ¿Se podría hacer algo para alargar ese momento de pérdida de ilusión?

Pues yo creo que sí. Lo primero, es que tienes que ser consciente que tarde o temprano va a llegar ese momento. ¡Está en tu naturaleza MultiApasionada! Mi recomendación es que comiences a cambiar el chip: Ya que es algo que llegará en algún momento, ¿por qué no disfrutar al máximo de todo este tiempo en el que sientas viva dentro de ti esa pasión?

Una vez comienzas a disfrutar de ese proyecto al máximo, puedes intentar combinar varias de tus pasiones para dar lugar a un proyecto totalmente distinto. Eso hará que vaya evolucionando y transformándose en algo que te puede hacer disfrutar durante un montón de años y alargar así, ese momento en el que la pasión pierda fuelle y el cuerpo te pida cambiar a otro proyecto.

2. APARECEN SIN PARAR IDEAS NUEVAS QUE HACEN PELIGRAR TU PROYECTO

Creo que aquí deberías preguntarte:

  • ¿Por qué me pasa esto?
  • ¿Realmente este proyecto me llena lo suficiente?
  • ¿O simplemente tengo tantísimas ideas que me es imposible “centrarme”?

Ya hemos hablado muchas veces que una MultiApasionada no puede centrarse en un único proyecto. O dicho de otra manera, no tenemos una única pasión a la que vamos a poder dedicarnos para el resto de los días y que será la que nos hará felices para siempre.

Creo que la búsqueda de “tu talento”, “tu pasión”, “tu elemento”,… nos hace mucho daño. Y es algo que lees en tantos sitios y tanta gente a tu alrededor te lo repite, que llegas a pensar que tienes un problema. Escondido entre líneas está la mentalidad de que sólo puedes tener “un (único) talento” y tienes que mentalizarte que nuestra mente nunca funcionará así.

Podrás ordenar tus ideas para ir llevando a cabo proyectos que combinen todas tus pasiones, pero no intentes engañarte pensando que eligiendo sólo una de tus pasiones podrás por fin conseguir esa felicidad y calma que anhelas. Podrías serlo durante un tiempo, antes de sufrir el primer tipo de abandono que veíamos antes.

Muchas veces, el sentirte totalmente hipnotizada ante cada nueva idea o distracción que aparece como una estrella fugaz en el firmamento se debe a que estás sufriendo el “Síndrome del Objeto Brillante”. En este post de hace un tiempo te enseñé a aprender controlarlo.

Y otras veces, la fuente del problema será la misma que la del tercer tipo de abandono.

3. ALGO TE DICE POR DENTRO QUE NO ESTÁS YENDO POR EL CAMINO CORRECTO

Este tipo de abandono lo sufrí hace unos tres años y fue el causante de verme sumergida en un pozo sin fondo del que pensaba que tardaría años en salir. Por fortuna, fue precisamente el causante de que comenzará a preguntarme qué había hecho hasta entonces y qué rumbo quería darle a mi vida. Y hoy no estarías leyendo estas líneas si no fuera por ese período de cambio por el que pasé.

Hace unos cinco años decidí lanzarme a la piscina con un proyecto. Me apasioné por el mundo de las bodas y decidí dejarlo todo para abrir mi propia empresa. Cometí un error muy grande. Bueno, la verdad es que cometí unos cuantos:

  • Comencé mi proyecto sin ningún tipo de objetivos.
  • Nunca planifiqué nada.
  • Me senté en casa esperando “a que todo viniera a mí”.
  • Y el más importante, no me paré a pensar si realmente con ese proyecto iba a tener el tipo de vida que quería.

Aparte de los primeros errores (que son de libro y que están muy relacionados con los siguientes tipos de abandonos), éste último es una de esas cosas que, hasta que no empiezas a vivirlas, no sabes si realmente están alineadas o no con el estilo de vida que quieres conseguir.

  • ¿Te has parado a pensar alguna vez cómo te imaginas tu vida ideal dentro de 10 años?
  • ¿Qué te gustaría conseguir en 3-5 años?
  • Y lo más importante: ¿Para qué quieres conseguir todo eso?

Cuando no has respondido a estas preguntas, con mucho detalle (y tras meditarlas mucho), surge este tipo de abandono de proyectos.

También tiene otras causas:

  • Te dejas llevar por las decisiones de otras personas (eres incapaz de decir que no).
  • Te has centrado mucho en algo y de pronto te das cuenta que te has separado de tu camino.
  • No consigues el tipo de vida que pensabas que conseguirías.

Cuando todo esto sucede, tu cuerpo, tu mente y sobre todo tu corazón no hacen más que lanzarte señales de alerta. Sientes que algo falla, aunque al principio no identificas (o no quieres identificar) la causa, en el fondo sabes que ese proyecto es el problema.

Has creado una especie de vínculo emocional con él y piensas que, abandonarlo, puede suponer tirar por la borda todo el tiempo y esfuerzo que has dedicado ese proyecto. Te sientes culpable: Crees que te has equivocado, que has perdido el tiempo, que te estás defraudando e incluso que vas a defraudar a los demás si lo abandonas.

Eso te lleva a sentirte obligada a tener que continuar con él. Te dices a ti misma: “Voy a darle otra oportunidad, seguro que las cosas pueden cambiar, volver a ser como antes…”. Y aunque en el fondo sepas que no va a ser así, te obligas a seguir viviendo infelizmente durante un tiempo (¡incluso años!).

Lo único que estás haciendo es:

  1. Alargar la agonía.
  2. Vivir amargada.
  3. Mentirte a ti misma.
  4. Y perder un tiempo precioso que podrías dedicar a algo que realmente te hiciera feliz.

En esta vida hay algo muy importante para sentir que has encontrado ese foco que tanto tiempo llevas buscando: Y es que tus objetivos y todo lo que hagas, esté alineado con tus sueños.

Puede parecer muy fantasioso, pero cuando te dejas llevar por la vorágine del día a día y olvidas pararte a pensar si lo que estás haciendo te está conduciendo realmente al tipo de vida que quieres, pasan estas cosas.

4. TE ROPIEZAS UNA Y OTRA VEZ (MEJOR DEDICARTE A ALGO MÁS SENCILLO)

Cuando deseas algo de verdad luchas contra viento y marea para llevarlo a cabo.

Quizás necesitas dedicar un poco más de esfuerzo a pensar en esos problemas que pueden surgir para prevenirlos y evitar que surjan y se lleven consigo toda tu energía. O quizás tampoco tienes muy claro los objetivos que quieres conseguir con este proyecto y por ello te resistes a planificar.

Por ello, párate a pensar: ¿Realmente deseas llevar a cabo este proyecto?

5. NO TIENES TIEMPO PARA PONERTE A ELLO Y TERMINAS ABANDONANDO

Y por último, algo muy relacionado con lo anterior. Cuando realmente quieres conseguir algo, ¿a qué haces lo que haga falta por encontrar tiempo para ponerte a ello?

Quizás comenzaste ese proyecto por compromiso con algo o alguien y ya no te llena como antes (o nunca te ha apasionado demasiado).

Entonces: ¿Para qué seguir atormentándote y sintiéndote culpable por no estar haciendo nada?

EN RESUMEN

En definitiva, las principales causas de que abandones proyectos sin parar, se debe a que:

  1. No tienes las ideas claras ni has meditado realmente sobre qué quieres conseguir.
  2. Tu falta de planificación hace que pierdas el rumbo y cualquier problema te parezca insalvable.
  3. Te anclas a decisiones pasadas que ya no están alineadas con lo que quieres hoy.

Tu vida cambia y quizás la meta por la que empezaste ese proyecto ya no te sirva porque ya no tienes las mismas prioridades que tenías al principio.

Por eso es tan importante parar, reflexionar y ver si debes cambiar el rumbo hacia otros proyectos y objetivos. Es algo que recalco mucho en mi curso Activa tu Brújula Interior, en el que enseño una metodología de trabajo (la que a mí me ha funcionado) y que te ayudará a centrarte, a aprender a decidir qué proyectos e ideas elegir y cuáles no, cómo prevenir y superar las piedras del camino y en definitiva, cómo dejar de abandonar todos los proyectos que empiezas.

E igual de importante que aprender a poner solución a las causas de estos abandonos, es aprender a agradecer todo lo que estos proyectos te han aportado en tu vida y las lecciones que te han enseñado. Así que si estás en ese momento de tu vida en el que algo por dentro te grita que necesitas cambiar de rumbo, no esperes que algo o alguien tome la decisión por ti. Sé fuerte, elige hacer aquellas cosas que realmente te hacen feliz y agradece todo lo que esa etapa te ha enseñado.

No hay nada más maravilloso que echar la vista atrás y sentirte orgullosa de todas esas decisiones que has ido tomando.

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