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3 Técnicas muy sencillas que te ayudarán a dejar de posponer las cosas y mover el culo de una vez por todas

Abrumada. Así es como me siento cuando noto que empiezo a perder el control: tengo un zumbido constante en la cabeza, noto una presión en la mandíbula ya que estoy pretando los dientes sin parar de manera inconsciente, me siento culpable por tener la casa desordenada, quiero llegar a todo y no puedo, miles de ideas se agolpan en mi cabeza pero tampoco hago nada por empezar a hacerlas realidad…

Me agobio por tener tantas opciones para elegir, pero me agobio aún más por no saber cuál elegir y no empezar a hacer algo. Salgo del trabajo y en el camino a casa voy pensando todo lo que voy a hacer en cuanto llegue. Parece que el tiempo es infinito en mi cabeza. Sin embargo, en cuanto pongo un pie en casa es como si toda esa energía y ganas de hacer cosas se quedaran en la puerta. Mi versión más vaga entra en acción y el agotamiento físico y mental hace que no sea capaz de hacer nada de lo que me he propuesto. “Ya lo haré mañana” me digo… o “esto mejor lo dejo para el fin de semana”… Por supuesto, llega el fin de semana y no tengo ganas más que de descansar.

Aún van a tener razón mis conocidos cuando me dicen que cómo soy capaz de buscarme más trabajo para casa, si ya me paso todo el día currando… No sé, igual soy adicta al trabajo o quizás me encanta estar sumergida en mis pasiones. El trabajo es el trabajo, pero las pasiones son una fuerza mayor, inevitable, motivante, pero agotadora. Hay que ser realista.

En el momento en que empiezo a sentir ese estrés por querer llegar a todo, sin llegar a nada, sé que he entrado en un bucle caótico. Mi planificación e intentos de tener una vida organizada se han esfumado. El Reto ZEN TO DONE me está ayudando mucho, tengo la mente más despejada y estoy aprendiendo a ser paciente. Toda la parte de planificación, cómo fijar objetivos, etc los aprenderé en los próximos meses, con los siguientes hábitos. Tengo que hacerme a la idea de que los cambios no son de hoy para mañana y que los resultados se consiguen con el trabajo diario y con paciencia. Poco a poco, pasito a pasito, como diría una amiga mía.

Pero días cómo hoy, en los que estoy totalmente descentrada, miro a mi alrededor y sólo me viene a la mente una palabra:

CAOS

Si yo misma vivo en un entorno desordenado, caótico… ¿Cómo puedo pretender conseguir mi objetivo de tener una vida organizada? Recuerda lo que comentaba la semana pasada con el Hábito 2: “El desorden atrae más desorden”.

He leído que el entorno es más importante de lo que nos imaginamos. Un entorno ordenado ayuda a organizar la mente, nos hace más seguras, tenemos las cosas más claras. Un entorno desorganizado es sinónimo de persona que huye de la planificación, vaga, sin objetivos, que no avanza. ¿Te sientes identificada con alguna de estas sensaciones?

Uno de los objetivos que me he propuesto este mes es el de montar una oficina en casa. Con ello quiero conseguir: mejorar mi planificación, reducir las bandejas de entrada y disminuir el desorden del resto de estancias de casa. Como te contaba también la semana pasada, la habitación continúa, después de año y medio, invadida por las cajas de la mudanza. Será porque de momento nos sobran habitaciones y será porque he estado posponiendo esa tarea tan aburrida. Es decir, he estado PROCRASTINANDO tareas. (¿Qué palabra más fea, verdad? pero qué presente está en mi vida).

Vamos a repetir las cosas, como los políticos, para quedarnos con ellas:

PROCRASTINACIÓN:(del latín: pro, adelante, y crastinus, referente al futuro), postergación o posposición es la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables.

(fuente: Wikipedia)

Voy a dividir este post en dos partes: Esta semana te voy a contar tres técnicas MUY sencillas que te ayudarán a vencer la procrastinación y comenzar, de una vez por todas, a vencer ese pesado lastre que te impide hacer cosas. Y la semana que viene te voy a contar trucos para tener tu casa limpia y ordenada, sin perder tiempo y sin sentirte culpable por no tener la casa como una patena. Que al fin y al cabo, a todos nos gusta dedicar nuestro tiempo a nuestras pasiones, a nosotras y a cualquier otra cosa que nos divierta.

Eso si alguna de tus pasiones no es el orden y la limpieza. Que si lo eso, por dios comparte tus trucos en un comentario!! Una servidora y muchas más multi-apasionadas necesitamos aprender de ti!!

 

AVERIGUA LA CAUSA DE PORQUÉ ESTÁS POSPONIENDO LAS COSAS

La de verdad (si no la sabes ya)

CAUSA 1: TIENES MIEDO

No quieres decepcionar a nadie, crees que no vas a ser capaz de lograr ese objetivo o ese sueño, tienes miedo a lo desconocido, a las consecuencias que puede traer comenzar con “eso” en lo que no te sientes cómoda, …

SOLUCIÓN: Deja de Pre-Ocuparte.

CAUSA 2: ERES DEMASIADO PERFECCIONISTA

No puedes lanzar tu web, tu empresa, hacer un regalo, un viaje, … hasta que todo sea perfecto o se cumplan esas condiciones ideales que sólo están en tu cabeza.

SOLUCIÓN: Ésta la aprendí del Reto Dream Big, Play Big de Laura Ribas. Hazlo de la mejor manera posible, cada día, haz un poco. Fíjate en algo bueno de lo que has hecho y piensa: “No está perfecto, pero mañana lo haré mejor” o “No está terminado, pero mañana lo acabaré”.

CAUSA 3: NO SABES POR DÓNDE EMPEZAR

La falta de información, de habilidades, no tener claros los objetivos, … puede hacer que estés posponiendo una y otra vez esas cosas que te parecen demasiado difíciles.

SOLUCIÓN: Averigua la causa. Si es por falta de información, identifica qué te hace falta para avanzar e infórmate. Si es porque no tienes una determinada habilidad, contrata a alguien que se le de bien, apúntate a algún curso sobre ello o comienza a practicarlo. Si no tienes claros los objetivos, ¿tienes claro si es lo que quieres para ti? Quizás en el fondo sabes que no es realmente lo que quieres hacer y por eso lo estás posponiendo contínuamente. Modifícalo para que esté alineado con tus objetivos a corto, medio o largo plazo.

CAUSA 4: ESTÁS DEMASIADO CANSADA

Aquí la SOLUCIÓN es fácil: ¿Estás descansando lo suficiente? ¿No deberías designar esta tarea a una franja horaria en la que estés con las pilas cargadas? (por ejemplo, no te pongas como meta aspirar toda la casa después de cenar, si llevas todo el día trabajando y encima has tenido que ir a hacer la compra después de salir del trabajo). ¿Me entiendes, verdad?

CAUSA 5: NO TE MOTIVA NADA TENER QUE HACER ESO

Tener que preparar la declaración trimestral del IVA, ir al banco, coser los bajos de los pantalones, … es un ejemplo de cosas que no me motiva para nada tener que hacer y, por tanto, las pospongo y retraso hasta el último momento cuando ya no me queda otro remedio que tener que hacerlo. ¿Te pasa lo mismo?

SOLUCIÓN: Sé realista, no todo puede ser bonito y divertido en esta vida y hay muchas veces que para conseguir nuestra meta final tendremos que hacer algo que nos guste menos. Intenta encontrar un medio de recompensarte que te ayude a motivarte en la realización de esas tareas. Por ejemplo, cada vez que vayas al banco entra a tomarte un café a esa cafetería tan chula que hay justo al lado. Eso te motivará a ver el viaje al banco como algo divertido. Lo mismo con el resto de cosas que te gusten menos.

 

Deja de Posponer las cosas y Mueve el Culo

 

LA REGLA DE LOS DOS MINUTOS

Si estás siguiendo el Reto ZEN TO DONE esta técnica te sonará familiar ya que hablé de ella la semana pasada. Pero en este caso vas a aplicarla de la siguiente manera: Te encuentras ante un listado interminable de tareas que “tienes que hacer”, te sientes tan abrumada por tal cantidad de tareas que no eres capaz de reaccionar y, por tanto, se te pasa el tiempo sin hacer nada.

PRIMERO: Vas a coger esa gran lista de tareas pendientes y vas a marcar todas aquellas que podrías completar invirtiendo tan sólo de 2 a 5 minutos.

SEGUNDO: Vas a coger un cronómetro y vas a marcar 15 minutos. Coge la lista y comienza a hacer esas tareas que te has marcado hasta que suene la alarma. Recuerda: poco a poco, pasito a pasito, se logran las cosas. En cuanto suene la alarma para y date una recompensa durante 5 minutos.

En el Hábito 2 os hablé de la técnica pomodoro, que consiste en centrarse en una tarea durante 25 minutos. Cuando hayas salido del bucle de no hacer nada, puedes aumentar los 15 minutos a esos 25. Pero para empezar, con 15 minutos haciendo algo es suficiente.

TERCERO: Hay un montón de sitios por ahí en el que recomiendan comenzar por la tarea más pesada. Dado que estás en modo “super-vaga” ON y necesitas estar motivada para comenzar a moverte, elige la tarea que más te motive. Ya sabes que las multi-apasionadas funcionamos así. Una vez que hayas arrancado y estés en movimiento, tu eliges con qué tarea vas a seguir.

CUARTO: Pasados los 5 minutos de descanso, coge tu lista de tareas pendientes, tacha las realizadas y comienza de nuevo con las restantes durante otros 15 minutos.

QUINTO: Si tienes alguna tarea más grande que pase de los 2-5 minutos, divídela en mini-tareas que te supongan menor tiempo. Cuanto más puedas dividir un proyecto o tarea, más fácil será llevarlo a cabo.

 

LA ESTRATEGIA DE SEINFELD

Basada en la estrategia que utiliza un cómico americano para conseguir ser más productivo. Al igual que la técnica anterior, se basa en el poco a poco. Su lema:

“NO ROMPAS LA CADENA”
  • ¿Quieres convertirte en un escritor? Escribe un par de líneas, 50 palabras, una frase… pero hazlo cada día.
  • ¿Quieres comer de una manera saludable? Come una pieza de fruta cada día, algo verde (una verdura, lechuga, …)… pero hazlo cada día.
  • ¿Quieres correr una maratón? Empieza corriendo 5 minutos cada día, después de un tiempo 10, luego 15, … poco a poco. Pero hazlo cada día.
  • ¿Quieres maquillarte todos los días? Comienza con los polvos de sol, otro día añades el colorete, otro el rimmel, otro el pintalabios, … pero hazlo cada día.

¿Ves por donde voy?

Seinfeld marca en un calendario, en grande, una cruz cada día que escribe un chiste. Para él el exito no consiste en conseguir escribir algo gracioso, si no en no romper la cadena de cruces. Por tanto, si tu objetivo es alto no te abrumes. Céntrate en el proceso, en no romper la cadena, y comenzarás a disfrutar del camino.

 

DECISIÓN POR FATIGA

Este tipo de fatiga y decisiones suelen producirse de manera inconsciente. No tiene que ver con estar cansado físicamente, es más un cansancio mental. Los trabajos en los tienes que estar usando contínuamente el coco, inevitablemente, tienen un coste de energía. Este tipo de cansancio hace que, en el momento de tener que tomar una decisión, optemos por dos caminos:

  • Podemos elegir el camino más corto, actuando de manera imprudente sin pararnos a pensar en las consecuencias.
  • O podemos elegir no hacer nada, o lo que es lo mismo, evitamos tener que tomar ninguna decisión, la posponemos y nos deshacemos de la incomodidad de tener que hacer algo en ese momento.

Todas las decisiones que tomamos cada día suman, tanto las pequeñas como las grandes, y nos hacen disminuir nuestro “nivel de decisiones diario” hasta alcanzar el estado de agotamiento mental. Según estudios científicos, esto va unido a la fuerza de voluntad: cuantas más decisiones tengamos que tomar, más se reducirá nuestra fuerza de voluntad y tenderemos a tomar decisiones por fatiga. Por ello, cuando conseguimos establecer un hábito, una rutina, estamos evitando tener que gastar nuestra energía en tomar una decisión sobre un hecho concreto, ya que hemos conseguido automatizarlo por completo.

He leído este ejemplo por internet que muestra muy claro este concepto:

Quieres hacer ejercicio todas las mañanas, pero el simple hecho de pensar en ponerte a correr cuando estás calentita en la cama hace que lo más fácil sea retrasar el despertador, darte la vuelta y seguir durmiendo.

Una manera de evitar tener que gastar esa energía en elegir si hacer o no ejercicio sería automatizar la decisión de la siguiente manera: dejar la ropa de deporte preparada, así cuando te levantes ya sabes que, automáticamente, vas a vestirte con esa ropa y eso va a suponer dedicar un tiempo a hacer un poco de deporte.

O por ejemplo, lo primero a hacer por la mañana es vestirte y salir a la calle para coger un taxi que te lleve al gimnasio. Tu única decisión será tomar o no ese taxi, porque ya sabes que automáticamente en cuanto lo cojas vas a realizar la acción de hacer deporte. El hecho de coger el taxi requiere un gasto de energía menor que decidir en la cama si te levantas para hacer deporte o no.

Recuerda:

Cada una de las decisiones que tengas que tomar a lo largo del día te acerca al punto de fatiga mental. Una vez alcanzado ese estado, tu fuerza de voluntad se ve reducida casi por completo.

Otra manera de evitar la decisión por fatiga, es planificar la noche anterior las decisiones que vas a tomar. Así evitas gastar energía al día siguiente porque ya sabes lo que tienes que hacer. Lo mismo ocurre si programas tus horarios: los jueves de 16 a 18h tiempo para leer un libro, los martes de 10 a 12h, tiempo para hacer las fotos para el blog, …

Si tienes programadas tus tareas ya sabes lo que toca hacer llegado el momento, no tienes que gastar energía en decidir si vas a hacer una cosa u otra. Reservas esa energía para otra decisión.

Unido a lo comentado anteriormente, haz aquello que requiera la mayor cantidad de energía lo antes posible, cuando tus niveles están a tope. Si tienes que hacerlo a lo largo del día, siempre después de haber comido y mejor tras haber comido algo dulce (según estudios científicos, un aumento de glucosa conlleva un aumento temporal de la fuerza de voluntad), por lo que si tienes que tomar alguna decisión después de comer, ya tienes excusa para no dejarte el postre.

 

Conclusión: Entrar en estado de bloqueo y estar posponiendo las cosas continuamente te perjudica sólo a ti. Nadie va a venir a sacarte de esa situación y es muy jodido querer hacer cosas pero no encontrar las fuerzas y ganas para hacerlo. Pero si de verdad quieres mejorar tu vida, si de verdad quieres conseguir todo lo que te propones, tienes que empezar a mover el culo de una vez por todas. En este post tienes un montón de trucos que te ayudarán a darte ese pequeño empujoncito que necesitas para comenzar a entrar en acción. El resto, es decisión tuya.

 

***

¿Eres de las que estás continuamente posponiendo las cosas? ¿Sientes que cuando llegas a casa, te sientas en el ordenador o quieres hacer algo, te bloqueas o tu energía se ha esfumado? Se está mejor en el sofá, ¿verdad? ¿Pero que vas a solucionar desde ahí?

Por el contrario, ¿eres de las que nunca pospones nada? ¿Cómo lo haces? ¿Eres una apasionada del orden y la limpieza? Estoy buscando tus trucos y tu método para el post de la semana que viene. ¿Te animas a compartirlo con las que tenemos problemas en ese aspecto? (mándame un email con tus trucos y el enlace a tu blog o web!! Puedes hacerlo desde aquí)

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