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APRENDIENDO A QUERERTE: ¿Por qué dices “SÍ” cuando quieres decir “NO”?

¿Te suena la conversación de la imagen? ¿Y el título del post? Esta pregunta me la he hecho miles de veces. Tengo muy claro que no quiero hacer algo, lo he pensado con antelación, lo que voy a decir, lo que quiero de verdad, pero llegado el momento es como si algo irracional se adueñara de mí y me hiciera olvidar que no quiero hacerlo, no quiero decir que sí a esa situación, a esa pregunta. Y por mucho que una voz fuerte gritara en mi interior unos momentos antes “¡NO!”, llegado el momento se convierte en una vocecilla dulce que susurra… “¿no?”. Y lo hace tan bajo que no soy capaz de oírla, así que termino respondiendo “sí” a eso que llevo días luchando por decir “no”.

Me imagino que sabrás a lo que me refiero, que lo habrás sentido alguna vez, o muchas, o incluso es algo con lo que tienes que luchar a diario. He tenido esta lucha toda mi vida y desde hace ya algunos meses estoy trabajando para decir lo que realmente quiero. Hay algunas cosas que se me resisten, aún tengo que luchar contra ellas, pero hay que ser fuerte y no desistir en la batalla. No es un camino fácil, pero al final tiene su recompensa.

Si eres como yo, que digamos en tu niñez no has sido precisamente la más popular de la clase, habrás vivido, mmm, como lo diría, a la sombra del más fuerte. Es muy fácil que otro lleve siempre la voz cantante o que sea el que exprese líbremente su opinión. Puede que te diera vergüenza expresar la tuya porque siempre has sido una persona tímida. Puede que pensaras que tu opinión era menos valiosa que la del resto o que te hayan hecho pensar eso. Puede que seas una persona que te gusta escuchar, que te gusta estudiar el comportamiento humano y te has metido tanto en el papel que al final no eres capaz de pararte a pensar y estructurar tu propio razonamiento, tu propia opinión.

Seguramente eres una persona que antepone los sentimientos de los demás a los tuyos. Siempre estás ahí disponible cuando el resto te necesita. Los que te rodean saben que pueden acudir a tí. Tu opinión y lo que tu quieres no está precisamente en tu lista de prioridades y además sueles sentirte mejor o peor en función de lo útil que hayas sido para los demás.

Algunos te quieren de verdad, otros se aprovechan de esta situación.

A todo el mundo nos gusta sentirnos escuchados, sentirnos respetados. TENEMOS QUE APRENDER A QUERERNOS. Y creo que uno de los primeros pasos para lograrlo es empezar a expresar nuestra verdadera opinión y anteponer lo que realmente queremos a lo que quieren los demás.

He leído por internet que las PRINCIPALES CAUSAS POR LAS QUE NO PODEMOS DECIR “NO” son éstas:

  • Tenemos miedo al rechazo.
  • Tenemos miedo a estar sólas.
  • Queremos ser agradables, simpáticas, caer bien a los demás.
  • Evitamos cualquier tipo de conflicto.
  • Pensamos que nadie puede hacerlo mejor que nosotras.

Cuando estás integrada en un grupo puedes sentirte cohibida a expresar tu propia opinión por miedo a que el resto no lo entienda e incluso te rechace. La seguridad de pertenecer a algo, a una “manada”, es algo que tenemos grabado en nuestros genes tras miles de años de evolución. Antiguamente era imposible sobrevivir si no contabas con la seguridad de un grupo que te protegiese. Pero hoy en día  las cosas ya no son así. No necesitamos quedarnos en la cueva mientras parte del grupo va a cazar, nos protege o se encarga de la recolección.

Hay una cosa que tienes que tener muy presente:

[blockquote quote_type=”type5″ author_name=”” width=”100%” float=”left”]Cuando estás expresando una opinión diferente del resto, cuando estás haciendo cosas nuevas, cuando evolucionas como persona, estás alterando inconscientemente la zona de comfort de la gente que te rodea.[/blockquote]

Ese rechazo que se produce se debe a que algo está rompiendo esa comodidad que había hasta ahora. Puede que las personas de tu alrededor no se sientan cómodas porque no comparten tu mismo punto de vista, porque les haces sentirse incómodas al ver que tú estás evolucionando y ellas no. Sea el motivo que sea, lo que no puedes hacer es vivir a expensas de no romper esa zona de comfort de los demás. Aunque ahora lo veas oscuro, si ves que la gente de tu alrededor empieza sentirse incómoda cuando expresas tu opinión o cuando empiezas a evolucionar como persona, quizás haya llegado el momento de “dejarles partir” y dejar que entren en tu vida nuevas personas con las que puedas compartir tu nueva forma de ver la vida.

No te aferres a una opinión que no compartes o a hacer algo que no quieres. Tampoco quieras que la gente te respete si tu no lo haces, si siempre estás disponibles para ellos y siempre antepones ayudarles a lo que realmente quieres.

[blockquote quote_type=”type5″ author_name=”” width=”100%” float=”left”]Recuerda: La gente que de verdad te quiere lo hace por CÓMO ERES, no POR LO QUE HACES por ellos.[/blockquote]

Te voy a contar qué es lo que he ido haciendo yo los últimos meses para evitar decir “sí” cuando realmente quiero decir “no”:

Este proceso es lento. No quieras pasar de tener una autoestima por los suelos a una autoestima “10” de un día para otro. Tienes que ir trabajando las cosas poco a poco para ir ganando confianza en ti misma e ir aprendiendo a quererte.

EMPIEZA POR COSAS SENCILLAS

Si eres como yo que te cuesta decir las cosas en voz alta, en público. Te suena muy raro eso de oírte decir lo que quieres y piensas: “uy, si estoy aquí diciendo mi opinión, a ver qué va a opinar el resto”. Eso tiene que terminarse. ¿Es que tu opinión va a ser menos válida que la de los demás? PUES NO. Así que poco a poco.

Puedes comenzar, por ejemplo, diciendo que no a las cosas por escrito: a través de los emails, del whatsapp, … Cuando te veas más segura pasas a comenzar a expresarlo en voz alta, cuando hables con alguien por teléfono. Y de ahí, cuando vayas cogiendo fuerza, ya verás que poco a poco serás capaz de decir que no en el cara a cara, cuando alguien te plantée algo que no quieres hacer. Y ya verás como no pasa nada. Es más, VERÁS COMO LA GENTE TE EMPIEZA A RESPETAR. Te irás haciendo más fuerte y empezarás a decir tu opinión ante todas las situaciones que antes no podías.

No dudes, intenta ser fuerte, MANTENTE FIRME EN TU RESPUESTA

MIRA A LOS OJOS DEL OTRO, no empieces a jugar con el pelo, con los anillos o complementos que lleves, a mirar a todos lados, bajar la mirada,… Si la otra persona observa que estás teniendo un momento de debilidad, sabe que si insiste un poco más va a tener ese “sí” que es lo que está buscando. No te preocupes si no lo consigues al principio, es algo que irás adquiriendo conforme vayas ganando confianza en ti misma. Un truco que uso yo para que no se me note cuando estoy nerviosa es intentar no llevar nada líquido en la mano para que no se note el tembleque, e intentar respirar y mantener la calma para que mi voz se note firme y segura.

APRENDE A DECIR “NO” CON CARIÑO

No puedes anteponer los sentimientos de los demás a los tuyos pero tampoco es cuestión de olvidarte que los demás tienen su corazoncito y comiences a decir las cosas de una manera cruel. Tienes que empezar a pensar en ti antes que en los demás, pero sabiendo hacer y decir las cosas de la mejor manera posible. Es lo que se conoce como ASERTIVIDAD. Investigaré y prepararé algún post con detalles y ejemplos en el futuro sobre este tema porque es muy útil. Pero para comenzar, puedes intentar incorporar la siguiente FÓRMULA a tus respuestas a esas proposiciones que no quieres hacer:

  1. MUESTRA INTERÉS POR EL OTRO, ENTIENDES LA SITUACIÓN: “Lo entiendo…” // “Lo siento…”
  2. EXPLICA PORQUÉ NO PUEDES HACERLO (sin mentir): “Sin embargo…” // “No obstante…” // “No puedo… porque…”
  3. OFRECE UNA SUGERENCIA o ALTERNATIVA: “¿Por qué no…?” // “¿Puedo sugerir…?” // “¿Qué te parece si…?”

La gente insistirá, así que mantente firme. Haz sentir al otro que le escuchas, que entiendes su problema y utiliza la fórmula anterior para hacer valer siempre lo que sientes y quieres.

También puedes verlo de la siguiente manera. Piensa que todo el tiempo que estás anteponiendo para los demás te lo estás quitando para ti. La gente que sólo te quiere cuando le ayudas o porque le eres útil son en realidad ladrones de tu tiempo y tu energía. Este tipo de relaciones son RELACIONES TÓXICAS. Hazme caso, este tipo de personas, cuanto más lejos mejor. No vale la pena que pierdas ni un segundo de tu tiempo con ellas.

TÁCTICAS MÁS UTILIZADAS PARA CONSEGUIR QUE DIGAS QUE “SÍ”

He leído en este post unos datos muy útiles sobre las diferentes tácticas que utiliza la gente para insistir y conseguir que digas “sí”:

  • EL MATÓN: insiste hasta conseguir lo que quiere y además lo hará de una manera agresiva, dominante o faltando el respeto.

“No puedes hacer nada…” // “Haz lo que te he dicho…” // “Quiero que…” // “¡Empieza ya!”

Lo mejor en estos casos es intentar no entrar en el juego respondiendo de forma agresiva. Recuerda: Dos no discuten si uno no quiere. Actúa con serenidad escuchando al otro pero manteniendo siempre la calma. No eches más leña al fuego y si es posible, retira tu atención de esta persona y céntrate en otra cosa.

  • EL QUEJICA: intenta dar pena insistiendo en lo difícil que es “eso” para él hasta conseguir que te rindas y te ofrezcas a hacerlo tú.

“No soy capaz de entenderlo…” // “Siempre me toca hacerlo a mí…” // “¿He dicho o hecho algo malo?…” // “Ya no puedo más”

Ante este tipo de personas lo mejor es cambiar de tema. No fomentes su victivismo dándole la razón (eso hará que se queje cada vez más). Tampoco intentes contradecirle, solucionar su problema o intentar hacerle entrar en razón. Deja que se exprese.

  • EL CHANTAJISTA: el que intenta hacerte sentir culpable por no decir que sí, por no ayudarle en esos momentos que te necesita.

“Con lo que yo he hecho por ti…” // “Cómo has sido capaz…” // “Me has defraudado. No me esperaba esto de ti…” // “Si de verdad te importara no me harías esto…”

Recuérdale a esta persona, tranquilamente, las veces que le has ayudado. Hazle ver que no te sientes culpable de lo que te está acusando y mantente firme en tu respuesta.

  • EL PELOTERO: el que comienza diciéndote lo maravillosamente bien que sabes hacer tal cosa, lo bien que se te da esa otra o lo lista que eres y que termina pidiéndote ayuda para que “eso” que necesita.

“Qué bien se te da…” // “Nadie lo hace mejor que tu…”

Agradece los cumplidos pero no caigas en la tentación de hacer lo que te propone sólo por el peloteo. Rechaza la proposición con educación (ya verás como intenta “echarle el muerto” a otro).

CONCLUSIÓN

Si siempre antepones los intereses de los demás a los tuyos nunca conseguirás que la gente te respete (si tu misma no lo haces, ¿por qué lo iba a hacer el resto?). Comienza a expresar tu opinión real, poco a poco, no quieras correr. Verás como poco a poco empiezas a ganar confianza en ti misma y cada vez será más fácil hacerlo. Porque además, cuando comiences a decir lo que piensas, a decir que no y a priorizar tus intereses, la gente comenzará a respetarte.

Será mucho más fácil si respondes de una manera asertiva, escuchando la propuesta del otro pero manteniéndote firme en tu respuesta. Todo el tiempo y energía que dedicas a los intereses de los demás te lo estás quitando de tiempo y energía para ti.

Y no te olvides que cuando tú evolucionas como persona puede que tengas que dejar atrás a mucha gente que se siente incómoda por el cambio. No es algo malo, simplemente no están preparados o no quieren salir de su zona de comfort. Pero no frenes tus ganas de mejorar por esto. Cuando una puerta se cierra, una ventana se abre y nuevos amigos y nuevas  oportunidades te están esperando a la vuelta de la esquina.

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El post de Aprendiendo a Quererte: ¿Por qué dices SÍ cuando quieres decir NO? aparece primero en Nuevas Ideas, Nuevos Comienzos.