Bienvenida

al Blog

Bienvenida

al Blog.

CONTÁCTAME

CONÓCEME

DISEÑO WEB ESTRATÉGICO

Gestión del Tiempo, Uncategorized

¿Sufres el Síndrome del Objeto Brillante?

¿Cuántas veces te ha pasado que has comenzado a realizar una tarea y, sin darte cuenta, has terminado saltando de una cosa a otra distinta sin parar?

Decides parar a mirar un momento el correo. Sólo será un segundo (te dices. Ilusa).

De pronto, un banner, un email cautivador, una foto preciosa, … parece que todo están diciéndote: HAZ CLICK AQUÍ.

Es como cuando tienes una mesa llena de botones rojos que te dicen: “No pretar”

Y tú te dices… “Bueno, ¿y por qué no? ¿qué habrá al otro lado?”

No puedes evitarlo: Terminas pretando esos botones y todos los que terminan apareciendo.

Te sientes como una luciérnaga que no puede evitar sentirse atraída hacia la luz.

Comienzas un libro. Parece muy interesante, no puedes dejar de leerlo. Y, ¡oh no! Acaban de recomendar ese otro libro en uno de los blogs que tanto te gustan. Apartas el libro que estabas leyendo. Quien sabe si volverás a retomarlo. De pronto, se ha vuelto un libro no tan divertido como ese nuevo.

Se me ocurren mil ejemplos más: canciones, cursos, juegos, blogs, recetas, vídeos, fotos, tutoriales, …

Todo parece brillar.
Es como el canto de una sirena, que te llama y te invita a que dejes todo por ella.
El problema es que detrás de una sirena hay otra, y otra, y otra, …

Si entiendes a la perfección y has sentido alguna vez (o demasiadas) estas sensaciones, sufres el llamado:

 

SÍNDROME DEL OBJETO BRILLANTE

 

Se parece mucho a nuestros Ciclos de Pasiones, pero no hay que confundirlos. Como MultiApasionada sentirás que el ciclo con alguna de tus pasiones actuales ha llegado a su fin cuando sientes que ya no tienes nada que aprender. Esa pasión ya no te aporta nada nuevo, te aburres.

Sin embargo, con el Síndrome del Objeto Brillante (SOS en inglés), lo que sientes es que tienes que dejar lo que estás haciendo para atender a otra cosa que te va a llamar la atención durante un pequeño período de tiempo. El suficiente, antes de que alguna otra cosa distinta empiece a brillar y sientas la necesidad de ir a ver qué es.

Esto es algo muy frustrante, ya que el tiempo se te escapa de las manos, sin comenzar o terminar nada en particular y terminas el día con la sensación que no ha sido nada productivo.

 

¿Cómo combatir el Síndrome del Objeto Brillante?

Llegada al punto en el que te sientes perdida y a la deriva de este problema, es necesario que cojas el timón de tu mente y tu cuerpo y pongas rumbo a dónde quieres realmente, sin importarte las sirenas que te vayas encontrando por tu camino.

La única manera es centrarte en una sóla cosa: aquella que tienes entre manos.

Para ello, hay dos medios:

El primero de todo, tienes que procurar tener planificado casi al milímetro lo que tienes que hacer cada día.

De esa manera no habrá opción de permitirte divagar por otras tareas, más brillantes, pero nada fructíferas. Seguramente más divertidas (o eso te parece antes de ir a mirar qué es eso que brilla tanto). Lo más probable es que te hagan ir a contracorriente durante un buen rato.

Lo importante, como hemos hablado muchas veces, es que no te rindas. Da un giro de 180º con el timón y retoma el rumbo inicial.

[Tweet “¿Sufres el Síndrome del Objeto Brillante? Aprende a combatirlo.”]

Como te contaba:

Cuando has planificado qué 3 tareas quieres hacer cada día (Reto Zen to Done), puedes guardar ese objeto brillante y dedicarle todo el tiempo que quieras a observarlo una vez hayas completado tus 3 tareas del día. Comprométete a que sea, sólo entonces, cuando puedas darte permiso para divagar todo lo que quieras.

De esta manera, irás a dormir sintiéndote satisfecha por haber hecho todo lo que tenías que hacer, por haber vencido la tentación y por haber tenido tiempo para aprender algo nuevo.

Es más:

Seguro que cuando acabes tus tareas y llegue el momento de ponerte con esos objetos brillantes te preguntes: ¿y para qué quería leer yo esto? ¿hacer esto otro? ¿o ir a este sitio?

Como por arte de magia, esos objetos habrán dejado de brillar o no brillarán tanto. Y si tienen la misma intensidad que al principio, pues ¡será tu pequeña recompensa por el trabajo realizado! Así que a disfrutarlo lo máximo posible.

 

¿Y dónde guardo todos mis objetos brillantes?

Como siempre, la tecnología está de nuestra parte. Ya te he hablado un montón de veces de mi herramienta favorita: POCKET. Esa aplicación en la que guardas o reservas enlaces y páginas web para leerlas más adelante.

Para los vídeos de Youtube, tienes una opción de guardarlos para verlos “Ver más tarde” (símbolo + de Añadir a…). También disponible en Vimeo, a través del icono del reloj (Add to Watch Later).

Si eres menos tecnológica, te recomiendo el cuaderno de toda la vida. Lo ideal es que tengas uno para los objetos brillantes o que crees un apartado dónde ir apuntando todo aquello que quieres revisar más tarde.

 

¿Y si me cuesta mucho no acudir al canto de la sirena?

Volviendo a lo tecnológico. Si te sorprendes a ti misma siguiendo enlace tras enlace, lo mejor es que utilices un bloqueador de páginas web. No los he probado, pero los más recomendados por internet son estos: LeechBlock (Firefox), tinyFilter (Chrome) y StayFocusd (Chrome).

Otra opción, si nuestro problema es que estamos revisando el correo cada dos por tres, es utilizar un bloqueador de la bandeja de entrada, como InboxPause o, si tenemos que estar trabajando sí o sí con nuestra cuenta de correo abierta, utilizar un sistema que nos permita trasladar esos correos brillantes a una franja de tiempo que nosotros estimemos. Usando, por ejemplo: Boomerang (Gmail).

[Tweet “¿No puedes parar de hacer click en un enlace tras otro?”]

 

¿Cómo mantener el foco en lo que estoy haciendo?

Una vez eliminadas las distracciones tienes que mantenerte concentrada un tiempo mínimo en lo que estás haciendo para conseguir ser del todo productiva. Para ello, hazte a la idea que se acabó la multi-tarea.

Tienes que mantenerte concentrada en una sóla tarea.

Ahí está el truco de la productividad.

No intentes andar, patinar y montar en bicicleta la vez. La cosa no funciona y, por mucho que lo practiques, nunca funcionará.

Ya hemos hablado en post anteriores de la Técnica Pomodoro, que consiste en estar concentrada en una sóla tarea durante períodos de 25 minutos, con descansos de 5 minutos entre períodos de trabajo.

Puedes utilizar el típico reloj de cocina que utilizaban nuestras madres para que no se les quemaran las cosas del horno, o utilizar una aplicación como Clear Focus, que te permite además desconectar de cualquier sonido o vibración durante ese período de tiempo.

Una idea muy chula que he descubierto hace un par de días, y que me ha encantado, es ésta: El TIME TIMER

Un reloj analógico o digital que va marcando con una franja roja el tiempo que te queda de hacer una determinada tarea. ¡Para niños y adultos con problemas de concentración me parece perfecto!

En resumen:

Esto es algo con lo que muchos multiapasionados, y muchas personas especialistas, tenemos que lidiar. En el momento en que no hemos planificado algún momento del día a día, estamos dejando la puerta abierta a cualquier objeto brillante que quiera asomar por ella.

El mejor hábito que podemos aprender para no ser arrastradas por la corriente hacia rocas puntiagudas disfrazadas de sirenas que nos llaman sin parar, es dejar atrás la multitarea y aprender a mantener nuestro foco de atención en una sóla tarea durante períodos de tiempo definidos. Como por ejemplo, períodos de 25 minutos de trabajo, 5 minutos de descanso.

[Tweet “El Secreto de la Productividad: Mantenerte centrada en una sóla tarea.”]

Mi recomendación:

Nunca desvies tu atención hacia esos objetos brillantes antes de terminar tus tres tareas del días. Sólo después de completarlas podrás obtener tu recompensa y dejarte llevar por los cantos de sirenas. Tu día habrá sido productivo y además habrás sabido compensarte por ello.

Y tú, ¿sufres del Síndrome del Objeto Brillante?

***

El post de ¿Sufres el Síndrome del Objeto Brillante? aparece primero en Nuevas Ideas, Nuevos Comienzos.