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Limpieza Minimalista y Cómo vencer el dolor de tener que deshacerte de algo

El post de hoy tiene miga y, si te animas a hacerlo, hazte a la idea que va a requerir de un gran esfuerzo por tu parte, va a ser un proceso “doloroso” y seguramente querrás renunciar en muchas etapas del camino. Pero todo lo que obtendrás a cambio valdrá la pena el esfuerzo. Nunca pierdas de vista tu objetivo:

Para comenzar a tener una vida ordenada, mantén a tu alrededor sólo las cosas que de verdad importan.

Echa un vistazo a tus cajones, a la habitación en la que estés, a tu casa, a tu negocio, a tu antigua habitación en casa de tus padres… ¿crees que sobra algo? ¿eres de las que tiende a acumular cosas sin sentido, a comprar todo el material que “puedas” necesitar para alguna pasión y luego ni si quiera lo has utilizado o, a lo sumo, un par de veces? ¿evitas tener que tirar todo eso “por si acaso” lo necesitas en el futuro? ¿te das cuenta que todas esas cosas no te dejan ver y centrarte en lo que de verdad importa? ¿cuánto rato pierdes al día buscando lo que necesitas entre todo lo que ya no utilizas?

Con que hayas contestado a una de las preguntas anteriores con un sí, tienes que darte cuenta que debes solucionar este problema si quieres centrarte y avanzar en tu vida.

El desorden llama al caos. El caos, a la pereza. La pereza, a dejar de hacer cosas. Dejar de hacer cosas, a no lograr tus objetivos. No lograr tus objetivos, a no tener claro lo que quieres. No tener claro lo que quieres, a una vida desordenada.

Al final todo es un bucle. Y mientras no salgas de él, no vas a poder centrarte, tener claro lo que quieres y conseguirlo.

Este post se une a todo el proceso que hemos ido haciendo durante las últimas semanas: comenzar a moverte de una vez por todas, limpiar de una manera sencilla y sin mucho esfuerzo, empezar a plasmar todas tus ideas en papel, aprender a planificarte, comenzar a ver qué areas de tu vida son las más importantes, … si te das cuenta, todo va unido.

Mi objetivo es tener una casa tan bonita como las que nos enseñaba Anna en su post sobre Minimalismo Zen (por cierto, tiene una serie de post al respecto en su blog, por si quieres seguir leyendo sobre el tema). Una casa agradable, limpia, que transmita paz, serenidad, confianza, … Una casa que te recargue las pilas, en vez de agotártelas por completo.

Ponte un objetivo, escríbelo y ponte recordatorios en todos los sitios que puedas. Yo estoy llenando la oficina de casa con fotos de decoraciones que me gustan, para tener siempre en la mente cuál quiero que sea el resultado final y para que me ayude a seguir avanzando en los momentos más difíciles.

El post de hoy nace de un ebook que leí hace un tiempo sobre Mudanzas Minimalistas (y que os recomiendo leer), del blog Valedeoro. Podéis ver el blog y descargaros el ebook aquí.

 

¿TE DESHARÍAS DEL 75% DE TUS PERTENENCIAS?

¿Has visto el programa de Energy “Consumidos por el Caos“, en el que llevan a una nave todas las pertenencias de una familia que vive en un estado totalmente caótico y debe desprenderse del 75% de sus cosas?

Me encanta ese programa. Me encanta ver la transformación de la vida de esas personas pero, a la vez, es una manera de decirme a mi misma: “¿Lo ves Eva? ¡Se puede! Así que mueve el culo y ordena”.

Pero es difícil. ¿Lo sabes verdad? Parece tan fácil en la tele. O cuando vas a casa de alguien que tiene todo ordenado… ¡qué gusto da!. Siempre me voy de ese tipo de casas con una sensación: “si ellos pueden, ¿por qué para mi es tan difícil?

Pues las CAUSAS, según dicen los expertos, son dos: Nos aferramos demasiado al pasado y/o tenemos miedo al futuro.

Regalos, recuerdos, … muchas cosas de las que acumulamos tienen gran carga sentimental. Podemos sentirnos culpables sólo por pensar en tirar esa cajita de música rosa tan maravillosa que te regaló tu abuela cuando tenías 9 años, que es una auténtica porquería, pero que te recuerda a ella o a esa época. O ese bote de cristal lleno de arena de ese primer viaje con tu chico, o tu primer móvil, la colección de cartas de cambiar y los peluches de cuando eras cría…

¿De verdad vas a olvidar a esa persona o se va a borrar de tu mente ese recuerdo, por no tener “ese objeto” que no sirve para nada? ¿Podrías poner la mano en el fuego y asegurar tal hecho? No, ¿verdad?. Tienes que hacerte a la idea que es un objeto, tan sólo eso. Manteniéndolo no te va a hacer retroceder al pasado o volver a vivir esa época. Tienes que darte cuenta que los objetos no tienen sentimientos. Eres tu la que estás volcándolos en ellos. Jamás vas a poder mirar al futuro si estás centrada en el pasado. Ha llegado el momento de mirar hacia adelante y dejar atrás el pasado. Lo que ahora te parece doloroso, de aquí a un tiempo te preguntarás que porqué no lo hiciste antes.

Y sobre la otra causa: nos aferramos a las cosas porque tenemos miedo al futuro. ¿Te sorprende? ¿ves cómo está relacionado con nuestra incapacidad de organización, de planificar a largo plazo, …? No te equivoques: darle mil vueltas a las cosas y querer estar preparada para cualquier cosa que pueda pasar no es planificación. Acumular objetos “por si acaso” nos pueden ser útiles, no es estar preparada para cualquier imprevisto. Por mucho que lo intentes, no tienes una bola de cristal que te va a adecir lo que va a pasar. Nunca puedes estar preparada para todo. Y recuerda, la vida te cambia cuando menos te lo esperes. De la noche a la mañana.

¿Qué sentido tiene entonces acumular y acumular por si…. vuelve a estar de moda, retomas esa pasión que dejaste por imposible, adelgazas, tienes más hijos, …? Ninguno. Sea lo que sea que la vida nos tiene preparados a cada uno, llegará el momento y hayarás la manera de adaptarte a ese cambio. Deja de traumatizarte con el “y si….”. No le des más vueltas. Es lo que hay.

 

LA CAJA: “POR SI ACASO”

Para las que tenemos este problema he leído un truco por internet que todo el mundo dice le funciona muy bien. Ten una caja para las cosas “por si acaso” cuando hagas limpieza, las que te dices mentalmente: “¿y si me hace falta en el futuro…?”. Sólo hay una regla:

Lo que en 1 año no hayas utilizado, va fuera.

No lo necesitas. Esa será tu manera de ver lo que realmente te hace falta y lo que sólo está ocupando espacio en tu vida.

 

LimpiezaMinimalista PorSiAcaso

 

LAS 3 PREGUNTAS QUÉ DEBES HACER CADA VEZ QUE DUDES

Cambiar las costumbres de la noche a la mañana ya sabemos que es muy complicado, así que cada vez que comiences a dudar si guardar algo o no, hazte estas tres preguntas:

1. ¿Cuándo lo utilizaste por última vez?

Y esto viene al hilo del truco anterior, el de la Caja “por si acaso”. ¿Hace cuánto no te pones ese pantalón? ¿Cuándo fue la última vez que utilizaste la bicicleta estática? ¿se ha convertido en el perchero de la habitación? ¿de verdad te vas a volver a poner ese pintalabios? ¿y qué me dices de los 50 cuadernos y washi-tapes que tienes empezados o sin estrenar?

Si hace más de un año que no has utilizado ese objeto (eso si te acuerdas que existía), va fuera. No lo necesitas.

2. ¿Está en buen estado?

¿Está roto? ¿Le falta alguna pieza? ¿Se le ha ido la pintura? ¿Tiene una mancha que no se va de ninguna manera? Si es algo que tiene solución, marca inmediatamente en la agenda cuándo y cómo vas a arreglarlo. Si no, ya sabes: va fuera. Y si en un año no lo has arreglado, es que realmente no te hace tanta falta como creías.

3. ¿Es algo útil o es un adorno?

¿Está pasado de moda? ¿Tienes demasiados? ¿Se trata de algo que te facilita la vida, te hace ahorrar o ganar dinero o tiempo? Quizás si le dieras salida podrías comprarte ese otro adorno que te gusta más ahora mismo o comprarte el modelo más nuevo que tiene las funciones que necesitas en estos momentos.

Puedes darle una segunda oportunidad, pero siempre marcándote un tiempo límite tras el cual, si no lo has usado o no te resulta agradable verlo, significa que no es tan útil o no te gusta tanto como pensabas y, lo mejor, será sacarlo fuera de tu vida.

 

REPETIMOS: ¿TE DESHARÍAS DE UN % DE TUS PERTENENCIAS?

Después de leer todo esto y de pararte a recapacitar, te vuelvo a hacer la pregunta inicial: ¿Te desharías del 75% de tus pertenencias? Por supuesto, no vas a llevar todo lo que tienes a una nave y vas a ponerte a seleccionar allí lo que mantienes y lo que no, pero ¿por qué no lo aplicas a pequeña escala? Si vas a hacer limpieza de un cajón, ¿crees que el 75% de lo que ahora mismo tienes en ese cajón te sirve en el momento actual? ¿Qué porcentaje del contenido es realmente útil ahora mismo? Si deshacerte del75% de lo que tienes te parece mucho para empezar, ¿por qué no pruebas a quedarte con una cifra más pequeña? ¿El 50% se queda y el 50% se va?

 

CÓMO REALIZAR UNA LIMPIEZA MINIMALISTA

Al igual que hacemos a la hora de organizarte como dios manda, no pretendas dejar tu casa como las de las fotos de decoraciones minimalistas que vimos hace unos días, de la noche a la mañana.

Vamos a comenzar poco a poco, pasito a pasito. Elige una habitación y de ahí irás ampliando la limpieza al resto de habitaciones, hasta haber hecho toda la casa. Pero vamos a seguir reduciendo pasos. De la habitación elegida, establece el orden de “sitios” a limpiar. Puedes comenzar por el cajón de la mesilla. Si es algo traumático para ti, puedes parar ahí el primer día y pasar a la otra mesilla al siguiente. De ahí al primer cajón del armario, otro día el segundo, … y cuando te quieras dar cuenta habrás terminado la primera habitación. También puedes fijarte un orden de limpieza y establecer un tiempo para hacerlo cada día: 15 minutos, 30, … tu eliges. La única regla es cumplir el plan que tu vas a establecer.

Si te acuerdas en el post de cómo limpiar sin esfuerzo, te contaba que uno de los trucos es empezar por las estancias que más utilices, para que visualmente el cambio sea mayor y más rápido. Mi consejo es que empieces por tu habitación. Es el lugar donde comienzas y terminas cada día. Si consigues deshacerte de todo lo inútil y mantener el cuarto ordenado, no sólo te acostarás más a gusto si no que tu nivel de estrés disminuirá casi por completo.

 

LimpiezaMinimalista Se queda

 

MATERIAL NECESARIO

La base del éxito siempre es una buena planificación. Así que antes de comenzar con la limpieza asegúrate de tener a mano lo siguiente:

  • Una bolsa grande de basura, de las de jardín. Ten a mano varias porque seguro te harán falta unas cuantas.
  • 3 cajas en las que clasificarás cada objeto de la siguiente manera:
    1. Una para las COSAS QUE SE QUEDAN.
    2. Otra para las COSAS QUE SE VAN.
    3. Y otra para las COSAS que dudes, las “POR SI ACASO” te pueden ser útiles en el futuro.
  • Post-it de colores: por si tienes alguna cosa de gran volumen o demasiadas cosas que clasificar y quieres avanzar de una manera más rápida. Cada color de post-it representa un destino: se queda, se va, tengo dudas.
  • Material de limpieza: lo mejor es aprovechar y cada vez que tengas vaciado un “espacio” (cajón, estante, …) aprovechas para quitar el polvo, limpiarlo o lo que haga falta.

 

LAS COSAS QUE SE VAN

Aquí es donde eliges el destino final de cada objeto que ya no te es útil, que está pasado de moda, que ya no te gusta o el motivo que sea. Puedes regalarlo o donarlo, llevarlo a reciclar, cambiarlo por algo que te sea útil o necesites ahora mismo o incluso venderlo.

 

LimpiezaMinimalista Un Lugar para Cada Cosa

 

CADA COSA EN SU LUGAR Y UN LUGAR PARA CADA COSA

El siguiente paso, conforme vas haciendo la limpieza o una vez has terminado de seleccionar todo, es elegir cuál va a ser el sitio de cada cosa que se queda. Si es un cajón, no va a ser encima del estante, de la cama, de la mesa, … Si quieres convertirte en una persona ordenada, hay que aplicar a rajatabla la siguiente regla: “Cada cosa en su lugar, y un lugar para cada cosa”.

Si tienes que usar algo, cuando termines a su sitio. Si notas que la pereza empieza a adueñarse de ti, recuerda el truco de “lo tocas, lo haces”, “lo tocas, lo recoges” y todos los demás que te enseñé en el post de “deja de posponer las cosas y mueve el culo de una vez por todas“.

 

ENTRA UNO, SALE UNO

Una vez has conseguido reducir todas tus cosas innecesarias puedes seguir este principio: “si algo entra en tu vida, algo tiene que salir“. Por ejemplo: ¿comprarías una colonia nueva sabiendo que tienes otro bote en casa sin terminar? Si sigues este principio la respuesta sería no. Si lo haces, el bote de colonia sin terminar tendría que salir (puedes regalarlo, cambiarlo por otra cosa o venderlo). Tu eliges. Si algo entra, algo sale.

Es algo a lo que te comprometes tu misma. Si no lo cumples, sólo te estás haciendo daño a ti misma. Recuerda lo que vimos hace unas semanas: el desorden atrae más desorden. En el momento en el que incumples tu compromiso con este principio, el esfuerzo de tener que volver a solucionar el problema de acumular cosas inútiles crece.

Es complicado de aplicar, muy muy difícil para las personas como tu y como yo. Pero al final, aunque sea sólo por mera cuestión económica, te hace recapacitar sobre si verdaderamente vale la pena aceptar ese regalo o gastarte el dinero en algo que ya tienes y no estás aprovechado como debieras.

***

¿Te ves capaz de deshacerte del 50% de tus pertenencias? ¿Te aferras a las cosas por miedo al futuro? ¿y por miedo de perder el pasado?

 

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